El 7 de agosto, Mustafá traslada las líneas de asedio del monte
Sciberras a la península de Senglea y somete ambos fuertes a un intenso
bombardeo al tiempo que las tropas turcas avanzan hacia el Borgo.
El
combate es encarnizado. La Valette combate en primera línea, hombro con
hombro con sus hospitalarios. Los turcos forman una marea que está
empezando a sobrepasar las defensas maltesas en demasiados puntos. Todo
está perdido, pero el hospital debe resistir hasta el último hombre.
De
repente, el frente otomano se desmorona. Los soldados turcos se baten
en una retirada desorganizada que es jaleada por los cristianos desde
las murallas.¿Qué está pasando?
La desbandada turca se debe al
tercero de los grandes errores de su comandancia. En su ansia por tomar
San Elmo, los turcos han dejado atrás la antigüa capital (Mdina) y, con
ella, un pequeño destacamento de caballería a las órdenes del capitán
Vincenzo Anastagi.
Viendo los fuertes casi rendidos, Anastagi
decide arriesgarlo todo y ataca el desprotegido campamento turco. La
ofensiva coge a Pasha tan desprevenido que piensa que se trata de un
ataque a gran escala y ordena el repliegue inmediato de sus tropas hacia
la retaguardia.
Malta resiste un día más.
En
el último gran asalto turco sobre las fortalezas, iniciado el día 19 de
agosto, Pasha ordenó reanudar el bombardeo y envió todo lo que tenía
contra el Borgo y San Miguel. En la tarde del 21 de agosto, la horda
otomana consigue por fin abrir una brecha en las murallas del Borgo.
La
ciudad corre un serio riesgo de caer... pero es en momentos como estos
cuando lo héroes reclaman su lugar en la historia. La Valette, espada en
mano y seguido de un contingente de hospitalarios, se abalanza sobre la
brecha y empieza sembrar la muerte entre las filas turcas hasta que
estas emprenden la retirada.
Aún hubo tiempo para un
par de asaltos más por parte de Mustafa Pasha, pero los fuertes de San
Miguel y San Ángel, con ayuda de la caballería de Mdina y de los
refuerzos que llegaban sin descanso a Malta, resistieron hasta que, el
día 12 de septiembre, los turcos huyeron a bordo de su flota.
La
cifra de muertos varía enormemente según la fuente que consultemos,
pero los números oscilan entre los 25.000 y los 35.000 turcos muertos.
Por el lado maltés, la población de la isla, así como el censo de la orden fueron diezmados en un tercio de su número original.
Los
principales fuertes y ciudades de Malta habían quedado reducidos a
escombros, pero la heroica resistencia de los hospitalarios había
conseguido poner freno al avance turco y obligar al sultán a replegarse
hacia sus tierras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario